El tema del
adulterio es un leitmotiv en las obras de Millás. Ya en Cerbero
son las sombras,
su primera novela publicada, se habla de una quiebra familiar, y
después, en su producción literaria, encontramos ejemplos de esta
actividad clandestina en Visión
del ahogado,
en Dos
mujeres en Praga,
en Laura
y Julio,
en El
desorden de tu nombre,
en Tonto,
muerto, bastardo e invisible,
en prácticamente casi todos los libros que hablan de una pareja
casada. Hasta Millás ha hecho una recopilación de sus cuentos que
tienen como tema el adulterio, recopilación que lleva el título de
Cuentos
de adúlteros desorientados.
A pesar de ser un tema analizado
desde muchas perspectivas, y con muchas variantes, es posible
encontrar ciertas similitudes en todos los adulterios de las obras de
Millás.
Empezaremos
nuestro análisis viendo como el juego tiene mucha importancia en el
posmodernismo, y como el adulterio se da en Millás como forma del
juego.
Seguiremos con un análisis de
los mecanismos psicológicos del adulterio, viendo como éste
simboliza el poder creador y recreador del juego, y después veremos
como éste puede ser una metáfora de la literatura de Millás.
En la segunda
parte de nuestro análisis nos concentraremos en Lo
que sé de los hombrecillos,
viendo cómo las características comunes al juego y a los adulterios
encontrados en las otras obras de Millás están presentes también
en esta obra.
Veremos las
novedades que el adulterio de Lo
que sé de los hombrecillos
presenta si lo comparamos con los otros adulterios presentes en las
obras de Millás, y los relativos peligros relacionados con la
degeneración del juego – y del adulterio. Terminaremos analizando
la figura de la mujercilla.